lunes, 31 de marzo de 2014

¡Los niños no van de rosa!


Más vale que no se equivoquen en el ultrasonido al momento de definir el sexo del bebé por venir, porque si se compra la sabanilla marrón y resulta que es niña o rosada y nace niño... ¡no quiero ni imaginarlo!


Recuerdo que siendo pequeña, hubo una época en la que mi madre nos compraba las mismas muñecas a mi hermana y a mi, ella tenía la del vestido rosado y yo la del vestido celeste o verde; lo mismo pasaba con la ropa, siendo casi de la misma edad, nos compraban los mismos conjuntos pero a ella en rosa y a mi en cualquier otro color. Nunca me importó.

Años más tarde, durante el embarazo de mi hija, el obstetra decía que sus latidos cardíacos eran tan fuertes como los de niño, mientras que el ultrasonido afirmaba que sería niña. ¡Qué lío! Casi de inmediato empezaron los consejos de qué colores debía o no comprar para el/la bebé: “no compres rosado, no vaya a ser error del ultrasonido”, “compra colores neutros, uno nunca sabe”, “no vayas a comprarle celeste que si es niña...” y así muchos más. Mi hija nació en mayo de 2002 y de las compras que hice para sus primeros meses, ninguna era rosada, no porque sintiera temor de que fuese a nacer niño sino porque lograron que dejara de sentir algún tipo de atracción por ese color. Lastimosamente, es inevitable ir a un departamento de niñas en cualquier almacén y no toparse con el 90% de la ropa en ese color, así que tuve que ceder.

¿Qué decir de la inversa? Cuando el especialista en ultrasonido afirma que se está esperando un varón empiezan todos a decir que debes comprar la ropita celeste, café, verde; desde hace años han incluído en la paleta de colores el chocolate, naranja y rojo. Pero por nada del mundo vaya usted a comprar algo rosado si da a luz a un niño, ¡arde Troya! Mande a su pareja, a algún familiar o amistad a hacer el cambio de inmediato, porque todos le asegurarán que el rosa no es para niños.

El color del 2014, según Pantone, es el magenta, ese rosado que llega casi a morado. Al preguntarle a una vendedora por conjuntos de ese tono, me contestó ofendida que es un color “demasiado rosado para un varoncito”; así que, lastimosamente, ellos no podrán usar el color del año, tendrán que conformarse con la  combinación que está de moda desde el 2013, chocolate con verde menta, que en su opinión es “demasiado masculino para una niña”.

¿Quién decidió qué colores deben usar niños y niñas? Los neonatos no son concientes de qué llevan puesto cuando salen del hospital – a menos que encuentren una foto años más tarde – no expresan si quieren o no llevar ropas celestes, rosadas, verdes o violetas. Simplemente deben conformarse por las normas de vestir que rige la sociedad donde viven sus padres (que si creen en el mal de ojo, de fijo los vestirán del rojo más estridente que encuentren).

Ahondando un poco más en el tema, encontré información que indica que, curiosamente, no fue sino hasta hace poco que se dio la inversión de colores. Antes del siglo XX, la realeza vestía a los príncipes de rosado y en el catolicismo, el azul era el color relacionado con la Virgen María. Esto tiene que ver con los costos de la tela: el rojo era el color de la realeza por ser el tinte más caro y el rosa – un poco más  barato – debía ser utilizado por el sucesor del rey; el siguiente pigmento más caro y lujoso era nada menos que el azul, lo que le daba tanta importancia a ese color como la que recibe la pureza virginal.

Aunque desde 1800 se conocía como “el estilo francés” colocar una cinta celeste en un bebé varón o rosada en niña, en 1900 los bebés usaban el mismo tipo de vestido y no fue sino hasta cerca de 1920 que empezó a usarse el azul como el color masculino y el rosa femenino. Cerca de la I Guerra Mundial,  los niños empezaron a usar trajes de marinero en color azul oscuro y durante la II Guerra Mundial, se obligaba a los homosexuales a usar un triángulo rosa cosido en la ropa como distintivo de su falta de masculinidad.

Parece absurdo, pero hemos seguido haciendo la relación color – sexualidad sin tener idea del por qué, es algo que se ha grabado en el subconciente colectivo y lo repetimos constantemente.  Aunque el azul y el celeste han ido colándose en los conjuntos de niña, creáme que no encontrará nada de color rosa en el departamento de niños.

Si usted va a ser madre o conoce a alguien que vaya a tener un bebé y no sabe qué sexo será o teme que se hayan equivocado en el resultado, tiene dos opciones: comprarle rosado y decir que es el color de los príncipes o evitarse la molestia y comprar el regalo en color blanco. Después de todo, es el único color que parece no ofender a nadie. 

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