Más vale que no se equivoquen en el ultrasonido al momento
de definir el sexo del bebé por venir, porque si se compra la sabanilla marrón
y resulta que es niña o rosada y nace niño... ¡no quiero ni imaginarlo!
Recuerdo que siendo pequeña, hubo una época en la que mi
madre nos compraba las mismas muñecas a mi hermana y a mi, ella tenía la del
vestido rosado y yo la del vestido celeste o verde; lo mismo pasaba con la
ropa, siendo casi de la misma edad, nos compraban los mismos conjuntos pero a
ella en rosa y a mi en cualquier otro color. Nunca me importó.
Años más tarde, durante el embarazo de mi hija, el obstetra
decía que sus latidos cardíacos eran tan fuertes como los de niño, mientras que
el ultrasonido afirmaba que sería niña. ¡Qué lío! Casi de inmediato empezaron
los consejos de qué colores debía o no comprar para el/la bebé: “no compres
rosado, no vaya a ser error del ultrasonido”, “compra colores neutros, uno
nunca sabe”, “no vayas a comprarle celeste que si es niña...” y así muchos más.
Mi hija nació en mayo de 2002 y de las compras que hice para sus primeros
meses, ninguna era rosada, no porque sintiera temor de que fuese a nacer niño
sino porque lograron que dejara de sentir algún tipo de atracción por ese
color. Lastimosamente, es inevitable ir a un departamento de niñas en cualquier
almacén y no toparse con el 90% de la ropa en ese color, así que tuve que
ceder.
¿Qué decir de la inversa? Cuando el especialista en
ultrasonido afirma que se está esperando un varón empiezan todos a decir que
debes comprar la ropita celeste, café, verde; desde hace años han incluído en
la paleta de colores el chocolate, naranja y rojo. Pero por nada del mundo vaya
usted a comprar algo rosado si da a luz a un niño, ¡arde Troya! Mande a su
pareja, a algún familiar o amistad a hacer el cambio de inmediato, porque todos
le asegurarán que el rosa no es para niños.
El color del 2014, según Pantone, es el magenta, ese rosado
que llega casi a morado. Al preguntarle a una vendedora por conjuntos de ese
tono, me contestó ofendida que es un color “demasiado rosado para un
varoncito”; así que, lastimosamente, ellos no podrán usar el color del año,
tendrán que conformarse con la
combinación que está de moda desde el 2013, chocolate con verde menta,
que en su opinión es “demasiado masculino para una niña”.
¿Quién decidió qué colores deben usar niños y niñas? Los
neonatos no son concientes de qué llevan puesto cuando salen del hospital – a
menos que encuentren una foto años más tarde – no expresan si quieren o no
llevar ropas celestes, rosadas, verdes o violetas. Simplemente deben
conformarse por las normas de vestir que rige la sociedad donde viven sus
padres (que si creen en el mal de ojo, de fijo los vestirán del rojo más
estridente que encuentren).
Ahondando un poco más en el tema, encontré información que
indica que, curiosamente, no fue sino hasta hace poco que se dio la inversión
de colores. Antes del siglo XX, la realeza vestía a los príncipes de rosado y
en el catolicismo, el azul era el color relacionado con la Virgen María. Esto
tiene que ver con los costos de la tela: el rojo era el color de la realeza por
ser el tinte más caro y el rosa – un poco más
barato – debía ser utilizado por el sucesor del rey; el siguiente pigmento
más caro y lujoso era nada menos que el azul, lo que le daba tanta importancia
a ese color como la que recibe la pureza virginal.
Aunque desde 1800 se conocía como “el estilo francés”
colocar una cinta celeste en un bebé varón o rosada en niña, en 1900 los bebés
usaban el mismo tipo de vestido y no fue sino hasta cerca de 1920 que empezó a
usarse el azul como el color masculino y el rosa femenino. Cerca de la I Guerra
Mundial, los niños empezaron a usar
trajes de marinero en color azul oscuro y durante la II Guerra Mundial, se
obligaba a los homosexuales a usar un triángulo rosa cosido en la ropa como
distintivo de su falta de masculinidad.
Parece absurdo, pero hemos seguido haciendo la relación
color – sexualidad sin tener idea del por qué, es algo que se ha grabado en el
subconciente colectivo y lo repetimos constantemente. Aunque el azul y el celeste han ido colándose
en los conjuntos de niña, creáme que no encontrará nada de color rosa en el
departamento de niños.
Si usted va a ser madre o conoce a alguien que vaya a tener
un bebé y no sabe qué sexo será o teme que se hayan equivocado en el resultado,
tiene dos opciones: comprarle rosado y decir que es el color de los príncipes o
evitarse la molestia y comprar el regalo en color blanco. Después de todo, es
el único color que parece no ofender a nadie.
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