lunes, 3 de junio de 2013

Nadie nos prepara

"Ahora solo queda esperar". Vaya frasecita. Ojalá nadie tuviera que escucharla y no se tuviera que decir.

Cuando los médicos dicen "no responde a los tratamientos", "plan a corto plazo" o "ya se hizo lo que se podía" sentimos que el cielo se nos viene encima y, aunque con todo eso nos adviertan, nadie está realmente preparado para el final de la vida de un ser querido. Nadie. Ni médicos, ni enfermeras, ni familiares, ni amigos. Nadie. Y ningún consuelo es suficiente, quizás temporal, pero no suficiente.

Hace poco me tocó escuchar esas frases por segunda vez en el año y, aunque de momento, pensé que todo iba a ser algo transitorio, no lo fue. En ninguna de las dos ocasiones. El vacío queda, la tristeza queda, nuestro egoísmo nos hace querer que la persona esté, que se quede con nosotros por más tiempo; da igual que hayan dicho que iba a pasar porque, como dije, nadie está preparado para el final de la vida de un ser querido. Nadie.