lunes, 16 de julio de 2012

Discúlpame, Ricky Martin

Algunas personas deben entender que en un país donde no existe una industria musical, el ego puede ser el peor enemigo. No existe peor actitud que el ego falso, ese que hace creer que se es o se posee más de lo que realmente tenemos porque, al final, nos engañamos a nosotros mismos y quedamos como unos perfectos idiotas ante la gente. 

jueves, 5 de julio de 2012

Sin meter el corazón

Resulta difícil no encariñarse con proyectos que toca desarrollar desde el inicio y, como humanos, el principal error es olvidar que lo que estamos empujando es la carrera ajena.

Al empezar con un proyecto, para quienes representamos la carrera y desarrollo de un cliente, talento, producto o empresa es más el sacrificio que el beneficio que se obtiene; se inicia de cero, cuando nadie, entiéndase bien: NADIE estaba trabajando al cliente (en el caso de mi profesión, artista o grupo), nadie estaba interesado, nadie sabía quién era y nadie estaba apoyándolo; entonces ALGUIEN decide creer en el material y empezar a planear, desarrollar, pulir y posicionar en la mayoría de los casos por fe, ya que no tenemos como saber si va o no a funcionar.

Ese material que originalmente es de una sola persona o grupo, se convierte en una masa que hay que moldear y con el trabajo y seguimiento le va dando forma y se vuelve un asunto de equipo. No somos máquinas y uno llega a involucrarse con el trabajo (en algunas ocasiones más de la cuenta) y olvidamos que si bien nuestra carrera crece, lo que estamos echando a andar es la carrera de otro. Quien haya visto la película Jerry Maguire seguramente entenderá a qué me refiero. Cuando hay compromiso de ambas partes, todo marcha bien, pero ¿qué pasa cuando el compromiso solo viene de un lado?