Aunque esto pasó hace rato, no había tenido la oportunidad de escribirlo en ninguna parte, fue una situación que me pareció tan inverosímil que podría ser parte de un sketch en cualquier programa de comedia.
El 8 de marzo fue el concierto de Metallica en Panamá. A pesar de que había dicho desde muchos meses antes que iba a ir y que estaba ahorrando para mi boleto en el área gold, mi "jefe" me mandó a cubrir Semilla de cantores, un concurso infantil de décimas, algo que no me gusta y tampoco entiendo y él, qué felicidad, se auto-asignó al concierto. Resignada - pero no de buena gana - me fui al Museo Reina Torres de Araúz a ver el concurso y un rato después apareció el man diciendo que me fuera para Figali - después me enteré que un amigo le dijo lo poco que vale por mandarme a un show como ese sabiendo mi amor por James Hetfield.
La entrada al Figali convention center cuando hay eventos como ese, no es fácil y encontrar un estacionamiento ¡menos! Así que ahí estaba yo, sola, en el carro, dando vueltas para encontrar un "parking", maldiciendo a todo mundo porque iba tardísimo. Encontré uno al fondo de Zona Viva y ahí mismo me metí y empecé a caminar, escuchando el repertorio de Metallica que ya tenía más de una hora de
haber empezado a tocar. Cuando estaba llegando a la entrada del Figali, me encontré con una señora y su hijo - que parecía tener entre 13 y 14 años - vendiendo un boleto VIP.
- Disculpe, tiene boleto?
- No, por que?
- Le vendo el VIP a 50
En ese momento me puse a tirar línea, el VIP costaba 75 y hay que sumarle impuestos, que son 15% sale casi a 90 palos, el concierto ya había empezado y quizás en taquilla ya no había entradas (sueeeeeñaaaaaa sueña.. claro que habia!) y cuando estaba a punto de decirle que sí, recordé que había casos de boletos pirata así que le dije que no, que prefería entrar y comprarlo en taquilla. La señora dijo:
- No es pirata, si este chiquillo fue y lo compró en... ¿dónde fue que lo compraste? (manotazo al hombro) ¡dile!
El pobre muchachito, cabizbajo me dijo que lo compró en la Metro de Calle 50 y me explicaron que había ahorrado su mesada para tener la plata y comprarlo pero no pudo entrar porque su mamá frustró el intento "fue y sin pedirme permiso se lo compró" y "ahora viene a escuchar a esa gente, si sigue con eso va a quedar siendo un loco, un maleante, un satánico"....
QUEEEEEEEEEEEEEEEEE???? o sea! no no no.. yo no podía creer lo que estaba escuchando... loco, maleante y satánico por escuchar a Metallica? Le dije a la señora que dudo que Metallica vaya a volver loco a alguien y que los que escuchamos rock no somos maleantes. Si se trata de generalizar, me apunto "déjelo ir a ver a 50 cents para que vea lo que es ser maleante. Usted me paró en la mitad de la calle a venderme un boleto porque no le parezco maleante, ni loca, ¿no? pues yo escucho Metallica desde hace años y no soy satánica", a lo que la señora responde "va a quedar todo loco lleno de tatuajes como los vagos que escuchan esa música" - pienso: "oh oh, ella no me está diciendo esto... right? - si, si lo dijo, y le contesté
- ¿qué tienen de malo los tatuajes? a ver.. ¿usted me ve algún tatuaje?
- no
- pues tengo tatuajes, estoy más rayada que un cuaderno de dibujo y no estoy loca, ni soy vaga, ni soy maleante. señora, la mayoría de la gente que yo conozco que está allá adentro son profesionales, independientemente de la música que escuchan, son decentes, independientemente de la cantidad de tatuajes en su cuerpo y son buenas personas, independientemente de la religión que profesen. Es una lástima que en pleno siglo XXI todavía haya gente que etiquete a las personas de una manera tan negativa sin conocer el trasfondo. Hable con su hijo un poquito más, seguramente se sorprenderá al darse cuenta que no debe ser un niño tan malo ni tan rebelde cuando dejó que le arruinara el concierto sólo por hacerle caso.
Saqué los 50 dólares y se los di al muchachito y le dije "esto es tuyo, porque tú ahorraste tu mesada, no tu mamá. Espero que los uses para el boleto de Guns".
Me ahorré casi 40 dólares, entré tardísimo al show pero me quedó la sensación de haber dejado a alguien analizando la posibilidad de cambiar su actitud hacia un género musical estigmatizado y quizás, abriendo las oportunidades de tener una mejor comunicación con su hijo adolescente que, seguramente, disfrutó del concierto de Guns N Roses.
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