martes, 1 de junio de 2010

Quizás no verdes, pero pintones

Hoy, con un poco más de tiempo que en el fin de semana y ya concluido el Festival, puedo sentarme a escribir mis impresiones al respecto.

Me quito el sombrero frente a Nina, el cerebro detrás de toda la logística que representa crear un evento con stands, bandas locales y dos bandas internacionales. Me quito el sombrero frente al equipo de trabajo delante, sobre y detrás del escenario. Me quito el sombrero frente a los grupos que se presentaron. Me quito el sombrero frente al público que se comportó genial (excepto los que no captaron que era un festival verde donde no debía haber basura en el piso). Me quito el sombrero frente a algunos medios de prensa, aquellos que supieron cómo trabajar horas y horas siguiendo el protocolo para evitar inconvenientes...

Esa fue la parte que me tocó a mi, los medios. Me parece lamentable que no pueda decir que es motivo de orgullo que TODOS hayan sabido trabajar porque, como siempre, terminamos siendo pintones y no maduros, como se debería ser en un país donde cada lunes y martes hay conciertos internacionales. La única razón por la que no todos se merecen una felicitación es porque todavía pensamos que si rompemos las reglas somos más cool o porque trabajamos en un medio merecemos pleitesía.

Las reglas estaban claras desde el principio y eran de deducción lógica: los cintillos se entregan el día anterior en la conferencia de prensa; el día del evento, termina de tocar la banda y pasa al salón de prensa donde hay sillas para los medios y la mesa de los artistas (en esa área pueden entrevistar, tomar fotos y filmar), después vuelven a la tarima para ver a la siguiente banda. No se puede subir a la tarima para evitar accidentes y fallas técnicas y no se puede entrar a los camerinos. Claro como el agua y aún así, más de uno hizo caso omiso porque son la mamá de Tarzán, ¿cómo así man?

Los casos los expongo: algunos periodistas estaban casi encima de Austin TV al momento de la entrevista y un programa se coló en el escenario y en el camerino de Aterciopelados... ¿Qué ganan con eso si el grupo había dado entrevistas one on one el día anterior y otros canales ya lo habían transmitido? Si no hay exclusiva, ¿como para qué andar haciendo lo que les da la gana? ¿qué ganan con eso? ¿probar ser los más rebeldes? ¿es más cool incomodar a los invitados? La verdad, yo no entiendo, pero bueno, ellos sabrán. Afortunadamente, la gran mayoría probó que en prensa de festivales no estamos del todo verdes, sino más bien, pintones.

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